martes, 27 de octubre de 2015

Reseña: Weather Systems - Anathema


La segunda reseña/recomendación irá dedicada a un disco que me cautivó y me hizo descubrir a lo que hoy en día es uno de mis grupos de referencia: Weather Systems







Lista de canciones

  1. Untouchable Part 1. (06:14)
  2. Untouchable Part 2. (05:33)
  3. The Gathering of the Clouds (03:27)
  4. Lightning Song (05:25)
  5. Sunlight (04:56)
  6. The Storm Before The Calm (09:24)
  7. The Beginning An The End (04:53)
  8. The Lost Child (07:03)
  9. Internal Landscapes (08:52)


Formación:

  • Daniel Cavanagh: Voz líder (5), voz secundaria (8), guitarra eléctrica (1, 2, 4, 5, 6, 7, 8, 9), guitarra acústica (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9), bajo (4, 5, 9), teclados (1, 3, 5) y piano (2, 3, 7, 8).
  • Jamie Cavanagh: Bajo (6).
  • Vincent Cavanagh : Voz líder (1, 2, 3, 6, 7, 8, 9), guitarra eléctrica (6), guitarra acústica (6), bajo (6), teclados (1, 3, 5, 6, 9) y coros (5).
  • John Douglas: Batería (2, 4, 5, 6, 7, 8, 9) y teclados (6).
  • Lee Douglas: Voz líder (1, 2, 3, 4, 6, 9) y coros (5).
  • Petter Carlsen: coros (1, 2) .
  • Christer-André Cederberg - Bajo (1, 2, 3, 5, 7, 8) y piano (7)
  • Joseph Geraci – Narración en Internal Landscapes.
  • Wetle Holte - Batería (1, 3)





Anathema es un grupo que descubrí hace unos escasos tres años, justo cuando publicaron este Weather Systems. Recuerdo haberlo visto reseñado en algunas páginas especializadas, y sin informarme mucho más, me dispuse a escucharlo. Fue un impacto tan enorme que inmediatamente le di un repaso a toda la discografía de este grupazo.

Anathema es banda formada en esencia por los hermanos Cavanagh (Primero Vincent y Daniel, a los que años después Jamie, gemelo de Vincent, se les unió. Sí, queda todo en familia) en Liverpool en 1990. Han tenido una trayectoria bastante curiosa, evolucionando de forma progresvia (y nunca mejor dicho) desde el Doom Metal de sus primeros discos hasta el Rock Atmosférico y Progresivo de los álbumes actuales.

El disco que marca el punto de inflexión en la carrera de los liverpulianos es Judgement (1999), para muchos su mejor trabajo y en el que realmente se desquitan del Doom Metal para dar paso a los Anathema del nuevo siglo.

Tras Judgement vinieron A Fine Day to Exist (2001) y A Natural Disaster (2003), que no hacían más que confirmar el nuevo camino musical que estaba tomando el grupo. En estos discos los ritmos pesados del Doom ya ni se huelen, pasando a canciones más atmosféricas y lentas, con toques progresivos.

Pese al cambio tan evidente existe un denominador común en todos estos trabajos de Anathema: la oscuridad. Y es que los hermanos Cavanagh se caracterizan por componer temas melancólicos, que exploran la pérdida, el desamor y en general sentimientos no demasiado alegres. A ello ayuda la tremenda capacidad de la banda para sumergirnos en las atmósferas de sus canciones, que te atrapan y no te dejan salir hasta que se acaban. Letrísticamente no es de los grupos que más me gusten, aunque cumplan. Considero que son mejores músicos que letristas.

En 2004 Music For Nations cerró sus puertas, dejando a Anathema sin discografía. Aún sin apoyo discográfico, consiguieron llevar a cabo de giras exitosas y publicar Hindsight (2008), un disco con canciones de álbumes anteriores regrabadas en acústico. La banda consiguió fichar por la discográfica Kcospe, lo que les valió para sacar su siguiente disco, We're Here Because We're Here (2010). Este disco abre una tercera vía en el estilo compositivo de Anathema, siendo aún más progresivo si cabe que los anteriores y lo más novedoso: creando atmósferas más cálidas y optimistas, sin dejar, claro está, la melancolía que caracteriza al grupo.

Y por fin llegamos a Weather Systems (2012), que recoge el testigo de We're Here Because We're Here, aunque con más presencia de los Anathema melancólicos que este último. En mi opinión, Weather Systems es una mezcla fifty-fifty de luminosidad y oscuridad.

El disco empieza muy muy fuerte, de hecho con la mejor canción, para mí, de todo el álbum y de las mejores de toda la discografía de la banda: Untouchable. En realidad es una canción separada en dos partes, pero yo nunca escucho una parte sin otra, por lo que las considero una sola. Un temazo que empieza con una guitarra arpegiada que da paso a la voz de Vincent Cavanagh, que cada vez canta mejor y nos sumerge en un viaje de doce minutos (juntando las dos partes) que da pie a momentos relajados, acústicos, intensos, emotivos.... Que terminan en un final épico. Los arreglos orquestales (presentes en gran parte del disco, pero sobre todo en esta canción), las voces, el piano... Todo confluye para dar lugar a un verdadero temazo. Hay que destacar la voz de Lee Douglas, quien empezó a colaborar con Anathema en A Natural Disaster y, poco a poco, ha pasado a ser miembro oficial del grupo, teniendo la misma participación que Vincent, creando un dueto magnífico. De hecho, para mí este Weather Systems fue el primer trabajo donde la vocalista verdaderamente tiene el protagonismo que merecía.




The Gathering of the Clouds es la canción más corta del disco, pero la más intensa. Un rasgeo rápido de guitarra y un ritmo que va in crescendo, al que se le van uniendo la voz de Vincent y Lee Douglas, demostrando una vez más ser uno de los mejores duetos del panorama del progresivo.




Lightning Song deja protagonismo absoluto a Lee Douglas en las voces. Una canción muy bella y relajada, en la que la vocalista se sale. Hacia el final, como es costumbre en las canciones de Anathema, coge fuerza y el rock inunda la canción para después volver al riff acústico inicial.




Si antes he escrito este disco es un fifty-fifty entre los Anathema oscuros y los luminosos, Sunlight es el puente entre los dos estilos. Una canción donde, esta vez Daniel, toma todo el protagonismo vocal y que, aunque tenga un inicio parecido a lo que llevamos de disco, se va tornando más oscura y rockera, con una batería excepcional, acercándonos a las canciones que van a venir a continuación.




The Storm Before The Calm es la canción más experimental del disco, siendo la más larga y la que, en mi opinión, menos puede gustar en un principio. Un corte con toques muy electrónicos, incluso industriales con sonidos a lo Rammstein. Cumplidos los cinco minutos cambia por completo, pasando a un sonido mucho más sinfónico que desemboca en, para mí, los minutos más intensos y épicos de todo el disco. Un final de canción digno de enmarcar. Vale la pena escucharla en directo.




The Beginning and The End es un tema clásico de Anathema. Se trata de un track más sencillo. Aquí se dejan la guitarras acústicas y los arreglos orquestales de las canciones anteriores para llevarnos a una canción más oscura, donde hay que resaltar el solazo de guitarra de Daniel Cavanagh.




The Lost Child es, sin duda, la canción más atmosférica y deprimente de álbum. Es increíble como los ingleses son capaces de crear atmósferas y sumergirnos en ellas. Un tema tétrico que , al igual que cortes anteriores, explota en un final más sinfónico donde Vincent y Lee Douglas se dejan las voces en un canto desgarrador.




Internal Landscapes empieza con un extracto del documental "Near Death Experience Stories", en el cual se habla de experiencias cercanas a la muerte. La narración de Joseph Geraci, una de las personas a la que entrevistan (merece la pena escucharle), que termina sus palabras con "I could say that I was peace, I was love, I was the brightness, it was part of me.", da paso a la bella voz de Dee Douglas despidiéndole, a quien se une Vincent. Una canción con una atmósfera melancónica y relajada, con la cual el disco nos dice adiós.






Ahora la pregunta. ¿Es realmente Weather Systems el mejor álbum para iniciarse con Anathema? Yo creo que sí, por dos razones:

  • Es uno de los trabajos del grupo que, al ser algo más comercial, mejor entra de primeras.
  • Podemos disfrutar de las dos vertientes de la banda liverpuliana.

En resumen... Un discazo como la copa de un pino y un viaje que nos lleva por distintas emociones, de forma muy intensa, y que nos deja sin aliento.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Canción de la semana: John Barleycorn (Must Die) - Traffic

John Barleycorn (Must Die) es una de esas canciones que conocí, como tantas otras, gracias a mi padre. Desde un principio me cautivó ese aire folk que tiene, con la estupenda voz de Steve Winwood acompañado de su guitarra, la pandereta y coros de Jim Capaldi y los elegantes toques de flauta de Chris Wood. Estos dos últimos tristemente fallecidos.





Incluido en el disco homónimo John Barleycorn (Must Die), publicado en 1970, se convirtió automáticamente en uno de los temas más conocidos de Traffic y en uno de los más queridos por los fans.

La letra no es autoría del grupo, sino una canción popular muy antigua del folclore inglés. John Barleycorn es la personificación de la cebada, cereal usado para el whisky, cerveza y demás bebidas alcohólicas. En la canción, a John Barleycorn le mutilan, le atraviesan, le atormentan... Todo esto representa el proceso de siembra, recogida y malta de la cebada, para su posterior fermentación.

Como curiosidad, el famoso escritor Jack London, autor de novelas como Colmillo Blanco, tituló John Barleycorn a su último libro autobiográfico, en el cual relata su vida centrándose en su larga relación con el alcohol. Antes de investigar sobre la canción, un servidor estaba convencido de que Steven Winwood se había basado en esta obra para componer la canción, pero estaba equivocado.






Llegados a este punto, es momento de hablar de versiones:

Primero, la versión de estudio.





Y ahora, como amante de los directos, he seleccionado las tres versiones en vivo de John Barleycorn que a mí me parecen mejores.

- La versión de 1972 en Santa Mónica. Voy a spamear un poco y os pondré el vídeo de este directo subtitulado y traducido por mí. Tengo pensado unir mi canal al blog, pero eso lo explicaré en otra entrada.




 - La primera vez que escuche la canción fue con este vídeo, que es un extracto del DVD The Last Great Traffic Jam, editado en 2005, aunque el concierto grabado sea de la gira de reunión de 1994.





- Y por último, una grabación más actual (2012) del propio Steve Winwood, que por cierto, por muchos años que pasen sigue cantando de forma magistral. En este vídeo el inglés interpreta la canción sólo con la guitarra, sin banda. 





Cómo no, recomendaros escuchar todo lo que podáis de Traffic, no sólo esta canción, ya que es un grupazo que, desgraciadamente, no está entre los más conocidos ni es de lo más recordados.

domingo, 11 de octubre de 2015

Reseña: The Raven That Refused To Sing (And Other Stories) - Steven Wilson

Quiero empezar esta sección de reseña/recomendación con uno de los discos que más me han gustado de los últimos años: The Raven That Refused To Sing (And Other Stories)




 Lista de canciones

  1. Luminol (12:10)
  2. Drive Home (07:27)
  3. The Holy Drinker (10:13)
  4. The Pin Drop (05:03)
  5. The Watchmaker (11:42)
  6. The Raven that Refused to Sing (07:57)


Músicos:
  • Steven Wilson: Voz, mellotron, teclados, guitarras, bajo en The Holy Drinker.
  • Nick Beggs: Bajo, Chapman Stick en tema The Holy Drinker, coros.
  • Guthrie Govan: Guitarra principal.
  • Adam Holzman: Teclados, órgano Hammond, piano, sintetizador.
  • Marco Minnemann: Batería y percusión.
  • Theo Travis: Flauta, saxo, clarinete.
  • Jakko Jakszyk: Voz adicional en Luminol y The Watchmaker.
  • Alan Parsons: Guitarra en The Holy Drinker.





Si el que lee esta reseña es aficionado del mundillo del rock progresivo, Steven Wilson es un nombre que probablemente conozca, le guste o no su música, ya que no sólo compone y saca discos, sino que es productor de otros grupos como Anathema u Opeth, además de encargarse de la remasterizaciones trabajos de grupos clásicos como Jethro Tull o King Crimson.

Centrándonos en su música: sus trabajos más importantes los publicó con su grupo, Porcupine Tree, del que era líder absoluto. Tras el último disco del grupo, The Incident (2009), el inglés anunció que la banda se tomaría un descanso indefinido, y que sus próximos discos serían trabajos en solitario. Personalmente, creo que fue una muy buena decisión, ya que con The Incident, siendo un discazo como es, se notaba un estancamiento en el estilo y la composición, recordando mucho a trabajos anteriores. De hecho, Insurgentes, su primer trabajo en solitario publicado un año antes, me gustó bastante más.

En 2011 nos llegó el primer fruto de esa decisión, Grace For Drowning, un álbum de 80 minutazos que alcanza una inmensidad nunca antes vista en su carrera. Un disco ambicioso y complejo, que reseñaré en su momento.

Y por fin llegamos a The Raven That Refused To Sing (And Other Stories), publicado en 2013.

Es un trabajo menos ambicioso que Grace For Drowning, pero más homogéneo y cohesionado, con seis historias muy influenciadas por los cuentos de Edgar Allan Poe, M. R. James y demás escritores de terror decimonónicos. En las letras se exploran conceptos como la muerte, el sentimiento de pérdida, el tiempo o la culpa. Es un disco melancólico y emotivo, sin llegar a ser triste en mi opinión.

The Raven That Refused To Sing (And Other Stories) se compuso y se grabó tal y como hacían los grandes grupos de los 70, es decir, todos los músicos tocando juntos, buscando así la improvisación y la espontaneidad, debido también a que gente como Nick Beggs o Marco Minnemann (a quien vimos en el casting para nuevo batería de Dream Theater tras la marcha de Mike Portnoy, puesto que finalmente se quedó Mike Mangini) vienen del jazz, y eso había que aprovecharlo. De hecho, es un disco muy jazzístico en algunas de sus partes. Según Steven Wilson, la idea no era hacer sólo un homenaje al rock progresivo de aquella década, sino que sonara como si se hubiera compuesto y grabado en los propios setenta. Para ello reclutó al famoso Alan Parsons, mítico ingeniero de sonido de clasicazos como Dark Side of the Moon, para ayudarle en la producción del disco. Como podèis ver, todo un Dream Team.

Y es algo que consigue, ya que tiene poco que envidiar a los discos clásicos del rock progresivo. Ya nos lo deja claro con Luminol, la primera canción del álbum, la cual empieza con una línea de bajo majestuosa que nos mete de lleno en un viaje lleno de cambios de ritmo, melodías, solos de flauta, de guitarra, de saxo, piano jazzístico... Y sólo es el principio. El relato versa sobre un músico callejero no muy bueno, que sigue tocando donde siempre tocaba incluso después de morir, aunque él no se de cuenta de que está muerto. Canción que, por cierto, en directo gana muchisimo.



Drive Home fue el single del disco. Una canción muy emotiva y bella, que trata sobre un hombre que no supera la muerte de su esposa en un accidente de tráfico mientras él conducía. Un corte acústico que acaba con un solo de guitarra desgarrador, para mí el mejor del disco. Recomiendo ver el videoclip, pues es una obra maestra.


 

The Holy Drinker tiene una premisa argumental muy curiosa: un hombre reta al demonio a ver quién bebe más de los dos. Musicalmente es la canción más experimental y alocada del disco, con constantes cambios de ritmo y el saxo muy presente. Es el tema más jazzístico del álbum. Por cierto, no voy a spoilearos quién ganó.


The Pin Drop es la canción que más me costó captar en su momento, pasando sin pena ni gloria por mis oído, aunque con las escuchas ha ido ganando bastante. Aún así, me sigue pareciendo la canción con menos protagonismo del álbum. Su historia trata sobre la aparición de una mujer que fue asesinada por su marido.


The Watchmaker tiene un inicio lento, con piano, guitarra acústica y flauta (Hay que decir que Theo Travis se sale en todo el disco), que va in crescendo a medida que los demás instrumentos se añaden. Más conservadora que Luminol y The Holy Drinker en cuanto a cambios de ritmo, mantiene siempre el tono melancólico y de culpa. Es un relato que nos habla de un relojero que ha estado casado 50 años con una mujer a la que nunca amó, por lo cual decide matarla. Pero su esposa vuelve de entre los muertos, haciéndole ver que nunca podrán separarse.


The Raven that Refused to Sing, canción que da nombre al disco. Es la más melódica y la que quizás mejor entra a la primera escucha. La voz de Steven Wilson, quien nunca se ha caracterizado por ser un gran vocalista, cobra especial protagonismo en este track, contándonos la historia de un viejo solitario y amargado, que nunca pudo superar la muerte de su hermana mayor, a la que ve reencarnada en un cuervo. Pero no puede saber que es ella hasta que el cuervo cante. Es un tema que me recuerda muchísimo a Anathema. El videoclip, al igual que el de Drive Home, es una delicia de vista obligada.




Su ambientación, sus aires setenteros, las letras... Todo confluye para dar forma a un álbum que se ha convertido en un clásico moderno del rock progresivo.